29 de abril de 2009

Experiencias con nuestras mascotas

El lunes visité en mi consulta una niña de cuatro años con importantes problemas de conducta. Sus padres estaban desesperados entre tanta rabia, agresividad y pataletas constantes. Explicaban que era una lucha constante y diaria para poder controlarla, puesto que había devenido el amo de la casa. Padre y madre sucumbían ante sus gritos y golpes constantes para evitar que la situación fuera a peor.

La situación, según los padres, era desesperante, aunque el padre tenía una pequeña esperanza, cuando se la llevaba a montar a caballo su hija se transformaba, entonces se trataba de una niña dulce, tranquila, madura y podía mantener conversaciones sorprendentes.

Su relato me recordó un libro que he leído recientemente, El niño de los caballos de Rupert Isaacson, donde explica como su hijo diagnosticado de autismo cambiaba al montar a caballo.

Y es que es cierto, los animales tienen la facultad de ayudar a los niños a un nivel en que las personas no llegamos.

Años atrás acogimos a una niña de 12 años de edad, ella inicialmente tenía mucho miedo a nuestro perro (un golden retriever), pero tras descubrir la bondad del perro lo convirtió en su confesor, todo aquello que no gozaba contarnos no sé si por vergüenza o falta de confianza se lo contaba a él, cuando estaba triste se tumbaba a su lado y lo acariciaba o jugaba con él cambiando totalmente la expresión de su cara, cuando estaba de mal humor lo sacaba a pasear y con sus carreras quemaba adrenalina…

Y otro caso curioso con qué me encontré es al visitar una escuela rural tenían conejos libres por las aulas, ante mi sorpresa los maestros me comentaron que habían notado un cambio de actitud en los niños desde que estaban los animalillos por allí, claro que inicialmente se distraían, pero ahora ya se habían acostumbrado y los niños pequeños los utilizaban de “mediadores” en sus conflictos.

De hecho, en algunas empresas en Japón tienen perros y gatos en las oficinas porque afirman que los empleados están más relajados y aumenta la productividad.

2 comentarios:

  1. El uso de animales es cada vez más frecuente para como soporte/asistencia en las terapias (Animal Assisted Therapy). Un meta-analisis (Nimer & Lundahl 2007)ha corroborado la opinión común que indica que utilizar animales en las terapias aumenta la eficacia de las terapias, de manera moderada. Reduce problemas de conducta y emocionales para niños con distintos trastornos (autismo, enfermedades crónicas, etc.). Sin embargo, hay que recordar que los animales "ayuda" (assists) a la terapia, no es una terapia por si sola.
    Lo que falta ahora por conocer son los mecanismos por los cuales este tipo de terapia funciona. Distintos autores indican que es porque los animales aumentan la motivación de los niños, crean un ambiente positivo y de calor emocional (ya que responden positivamente e incondicionalmente cuando crean lazos con los niños) a la vez que proveen un sentido de autonomía y eficacia.
    En general este tipo de terapia puede ayudar mucho. Pero es importante recordar que cómo cualquier terapia es necesario un entrenamiento y no solamente la buena voluntad!

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  2. Y todavía hay gente sin escrúpulos que los abandonan a su aire porque se convierten en una molestia cuando se van de vacaciones. Que sean más nobles aquellos que caminan a cuatro patas... en fin.

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