Y para empezar qué mejor forma que comentar una iniciativa llevada a cabo en Cataluña, donde se promueve el uso de los libros digitales en sus escuelas.
Según el periódico el Mundo, actualmente en Cataluña más de 9000 alumnos estudian ya con libros digitales mientras que en el resto de España solo unos 2300 alumnos lo hacen.
El mundo actual gira alrededor del uso de la tecnología virtual y los niños y adolescentes son grandes expertos que usan y reclaman su uso como medio de interacción y aprendizaje. Pero los centros escolares han quedado desbancados puesto que usan aún los sistemas clásicos, creando un gran bache generacional entre estudiantes y profesionales de la educación.
Nosotras creemos que se deberían utilizar las nuevas tecnologías como nexo de unión entre el niño y el adulto, y ¿en qué mejor lugar para empezar que en las escuelas? Aprovechando los recursos que ofrecen para explicar contenidos complejos como la física o la química, o motivando a los niños proponiendo por ejemplo ejercicios matemáticos interactivos.
Pero para ello surge una nueva pregunta, ¿haría falta cambiar el sistema educativo en pro de esta tecnología?
Si los adultos sabemos que los niños disponen de la web para buscar la información bibliográfica ¿no deberían modificarse las demandas? Y en lugar de requerir trabajos de documentación que puedan completar con un “copiar-pegar” pedir por ejemplos trabajos de reflexión sobre sus hallazgos en la red…
Según el periódico el Mundo, actualmente en Cataluña más de 9000 alumnos estudian ya con libros digitales mientras que en el resto de España solo unos 2300 alumnos lo hacen.
El mundo actual gira alrededor del uso de la tecnología virtual y los niños y adolescentes son grandes expertos que usan y reclaman su uso como medio de interacción y aprendizaje. Pero los centros escolares han quedado desbancados puesto que usan aún los sistemas clásicos, creando un gran bache generacional entre estudiantes y profesionales de la educación.
Nosotras creemos que se deberían utilizar las nuevas tecnologías como nexo de unión entre el niño y el adulto, y ¿en qué mejor lugar para empezar que en las escuelas? Aprovechando los recursos que ofrecen para explicar contenidos complejos como la física o la química, o motivando a los niños proponiendo por ejemplo ejercicios matemáticos interactivos.
Pero para ello surge una nueva pregunta, ¿haría falta cambiar el sistema educativo en pro de esta tecnología?
Si los adultos sabemos que los niños disponen de la web para buscar la información bibliográfica ¿no deberían modificarse las demandas? Y en lugar de requerir trabajos de documentación que puedan completar con un “copiar-pegar” pedir por ejemplos trabajos de reflexión sobre sus hallazgos en la red…
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