24 de abril de 2009

¿Quién es el responsable de la educación de los niños?

La noticia del día de hoy en cuanto a la educación infantil está publicada en los principales diarios del país gracias al informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) Educación y familia: los padres ante la educación general de sus hijos en España. Este informe hace una radiografía de los padres y su relación con el mundo educativo de sus hijos.

Entre muchos datos de interés, destacamos una nota positiva en que más de la mitad de los padres de niños de escolarización primaria ayudan a sus hijos a la hora de hacer los deberes, y un 77% cuenta con ordenadores en casa para facilitar los estudios y han reducido el número de libros. A su vez, los padres se sienten los principales responsables de la educación de sus hijos en un 95.6%, otorgando un 3.3% a los profesores y un 0.8% al estado.

No obstante, la nota de incertidumbre en los datos de este informe se encuentra en las opiniones en cuanto a la calidad educativa española que se valoran en un 3 sobre 5, con porcentajes muy divididos entre los que piensan que el nivel de exigencia de las escuelas es bajo, adecuado y alto, en un 46, 45 y 5% respectivamente.

Éstos datos nos hacen reflexionar... ¿Son los padres los principales encargados de la educación de sus hijos?, ¿Qué se valora más en la escuela, la disciplina, la motivación, que los niños no lo pasen mal, que no les exijan demasiado?, ¿Cuál es la importancia del conocimiento?, ¿Cuál es el objetivo principal de la educación, aprender a vivir en sociedad o preparar una carrera profesional?

Preguntas que son como para pensárselo mucho, ¿alguien se anima a opinar?

1 comentario:

  1. Creo que por muy bien que lo intenten hacer los padres los niños hoy en día reciben influencias tan fuertes y de tantos sitios que es casi imposible poder controlar qué y cómo aprenden. Es muy complicado llegar a conclusiones y, sobre todo, llegar a consensos sobre cúal es la mejor manera de actuar con nuestros hijos y más porque apenas disponemos de tiempo en común con ellos. Pero ese es el ritmo que por desgracia todos nos vemos obligados a llevar.

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