22 de enero de 2010

La fuerza de la fantasía

El lunes pasó un hecho curioso en la consulta. Mi compañera está tratando a un niño de seis años con fobia social, ya os podéis imaginar… tímido, muy ansioso…, los primeros días se pasaba las sesiones llorando…

Así pues, os podéis imaginar que a mí, una desconocida para él, nunca me había dirigido más que una tímida mirada de reojo cuando creía que yo no lo veía y lo digo en pasado porque fue el lunes cuando se me acercó decidido y alegre y con un tono de voz muy tenue pero determinada me dijo “¡¡¡se me ha caído un diente y hoy va a venir el Ratoncito Pérez!!!”.

Y es que este es el poder de la fantasía.

La fantasía nos da fuerza, nos da esperanza, nos consuela… Los adultos debiéramos aprender de los niños a usar esta fantasía, porque ella nos permite crear, nos dota de paciencia e ilusión.

Un día, la madre de un paciente, preocupada, me dijo “es que le hemos comprado xxx (la consola de moda, que todos sus compañeros de clase tenían) pero mi hijo no juega con ella, se pasa el día soñando despierto, inventándose historias y artilugios” y no me quedó más remedio que felicitarla, porque los niños necesitan soñar, fantasear… y le animé a promover sus habilidad creativa. Puesto que el niño tenía dificultades de escritura le anime a que creara su álbum de inventos y/o cuentos.

Pues para los padres que creen que fantasear es perder el tiempo y no aporta nada, este niño, que ahora ya no es tan niño ha ganado muchos premios de escritura en su colegio y ahora acaba de empezar ingeniería industrial. Sacó provecho de su fantasía, de su creatividad para afrontar su punto débil, la escritura.

Así pues, ya veis con 2 anécdotas, la fuerza que tiene la fantasía… ¿no creéis que vale la pena potenciarla?

No hay comentarios:

Publicar un comentario